POR UNA CABEZA
Uruguay derrotó 1 a 0 a Egipto en su debut mundialista. Con un gol en la hora de José María Giménez, la «celeste» cosechó los primeros 3 puntos del torneo futbolístico más importante.
Con una gran ilusión, el nerviosismo y la ansiedad se iba adueñandose de cada uno de los uruguayos. Luego de cuatro años, Uruguay volvía a una Copa del Mundo. Esta vez en Rusia.
El equipo estaba definido. No había dudas para enfrentar a Egipto en Ekaterimburgo. Los africanos, por su parte, jugaban con la posibilidad de poder ver o no a su estrella Salah.
Los primeros 45′ mostraron un partido chato y aburrido. Pocas creaciones de gol en ambos equipos. Los primeros 20′, el seleccionado de Egipto conducido por el argentino Cuper tuvo el control del balón y una alta presión, delimitando al juego de la celeste. A pesar del dominio primerizo, no generó grandes chances de peligro que pusieran en apuros a Muslera .
La más clara del encuentro fue para Luis, luego de un rebote, tras un córner a los 22′. Lo gritamos todos, pero la pelota besó la red lateral del arco, lamentándose el atacante uruguayo.
Uruguay creció. Con más ganas que con juego. Más corazón que fútbol. Alguna insinuación desde afuera por parte de Vecino, al igual que los centros de Guillermo y Nahitan. Poco, poquito y nada. El primer tiempo se iba con un 0-0 enorme.
En el comienzo del segundo tiempo, nuevamente Luis tuvo la primera. Tras pase de Cavani, el pistolero remató y el arquero egipcio le impidió poner el 1-0 en el amanecer de los segundos 45′. Uruguay dominó y controló a su antojo, creando situaciones en los pies de Cavani y Suárez. La entrada del «pato» Sánchez y Cristian «Cebolla» Rodríguez le dieron mayor profundidad a un seleccionado que buscaba abrir el marcador.
El arquero egipcio le ganó en varias oportunidades a los delanteros uruguayos, siendo la figura del partido.
Pasaba el minuto 89. Falta contra Luis. Acomoda la pelota Sánchez y con un centro preciso como si tuviese un guante en el pie, asiste de gran forma a Josema, quien este con un cabezazo fenomenal pone el 1-0 para el grito de más de 3 millones de uruguayos. Un grito que sólo el uruguayo siente de esa forma. Sin más tiempo para jugar, el holandés finalizó el encuentro para la alegría y la euforia de un país entero.
Luego de 48 años, Uruguay volvía volvía ganar en el debut de un mundial. Las estadísticas están para romperse, y Uruguay sabe de ello.
Nota: M. Tilve
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